Viernes, 18 Enero 2013 09:43

La esperanza de salir a flote

Tras un año cargado de conflictos gremiales, con la industria pesquera al borde del colapso y problemas operativos por la falta de calado, en el puerto bonaerense esperan que 2013 sea el tiempo de la recuperación.

MAR DEL PLATA.- Primero un enfrentamiento entre dos gremios de la marinería que, por disputas de poder más que salariales, derivó en una paralización total de actividades durante más de tres meses en la primera mitad del año. Luego, todas las dificultades de una industria pesquera que arrastra las consecuencias del freno a importaciones dispuesto por mercados de Europa, principal destino de las capturas locales. Y siempre, como desde hace tiempo, las dificultades por la pérdida de calado de su canal de acceso que lo ha dejado fuera de los destinos posibles para buques de gran porte.
El puerto marplatense transcurrió así un 2012 pleno de complicaciones y arranca el actual al menos con una novedad positiva y concreta que puede empezar a cambiar el panorama, al menos en cuanto a cuestiones operativas: por fin, tras casi dos años de promesas y postergaciones, se abrió el llamado a licitación para la obra de dragado que intentará devolver las mejores condiciones de navegabilidad y así recuperar, en principio, el tráfico de portacontenedores.

La convocatoria de interesados se extendía en principio durante tres semanas y tenía fecha inicial de apertura de ofertas fijada para ayer. Pero ante la solicitud de firmas interesadas en participar de la licitación, el Consorcio Portuario Regional Mar del Plata lo prorrogó hasta el 4 del mes próximo. Entonces se conocerán los nombres de las empresas que pugnarán por hacerse cargo del trabajo que tiene un presupuesto estimado en 90 millones de pesos y será financiado, en partes iguales, por los gobiernos nacional y provincial.

Si bien en junio de 2011 la presidenta Cristina Fernández había anunciado que la obra incluiría el refulado de arena sobre las playas céntricas, tal como se hizo hace algo más de dos décadas, cuestiones presupuestarias hicieron que sólo se atienda la prioridad de despejar y optimizar el canal de acceso.

Las dudas que se abrieron y persistieron durante las últimas semanas en torno a la llegada de la Fragata Libertad no hicieron más que confirmar los problemas que acarrea esa extensión natural de la Escollera Sur que generan las corrientes marinas con acumulación de arena. Los prácticos locales, a partir de los resultados de las últimas batimetrías, dieron el visto bueno y el buque escuela que volvía desde Ghana amarró en la Base Naval luego de maniobras cuidadosas pero sin que se registraran incidentes.

"El canal actual no es muy ancho, pero la profundidad es suficiente como para el ingreso y la salida de la Fragata", explicó el práctico Javier Etchegaray que acompañó y asistió al comandante del buque. Pero también es uno de los que, a mitad de 2012, había aconsejado suspender el ingreso de buques portacontenedores por el riesgo cierto de que quedaran encallados en la embocadura de esta terminal.

"Durante los últimos meses pudimos acelerar gestiones y encontrar rápida y positiva respuesta tanto de la presidenta de la Nación como del gobernador Daniel Scioli para confirmar la disponibilidad de fondos e iniciar la licitación de la obra", dijo el interventor del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata, Matías Machinandiarena, quien asumió el cargo tras el fallecimiento de quien durante los últimos cuatro años había sido el administrador de este puerto, Eduardo Tomás Pezzati.

El formato de intervención fue dispuesto por las autoridades provinciales, se fijó un plazo de 120 días y se extenderá en principio hasta de febrero. Para ese entonces se espera tener definido el prestador que encarará la obra de dragado profundo.

"El dragado es imprescindible porque hoy el puerto de Mar del Plata, según lo dispuesto por Prefectura Naval, permite ingresos con una eslora máxima de 120 metros y 7m de calado", señaló el subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, Horacio Tettamanti. Pero confirmó que el canal tiene entre 8 y 9 m de profundidad y ancho de hasta 70 m. El desafío, entonces, es llegar con esta obra a casi 12m de calado y acercarse a los 100 de solera, condiciones casi similares a las logradas en 1998, cuando se hizo la última gran obra de dragado.

Las áreas a intervenir están despejadas luego de la remoción de 28 buques, obra que el Consorcio ejecuta desde hace cinco años con apoyo de los gobiernos provincial y nacional. Así se recuperaron casi 30.000 m2 de espejo de agua interior. Sólo quedan pendientes dos cascos, ya en proceso de desguace sobre la escollera Sur.

Por ahora, y como desde hace casi tres años, los intentos de mantenimiento del canal se ejecutan periódicamente con la draga Mendoza 259 C, de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables. Su operatividad ha estado restringida durante varios meses por reiteradas dificultades mecánicas. Esta embarcación es del tipo de succión por arrastre y retira el material aún no afirmado al lecho, cuando lo imperioso es una de corte o con medios que puedan atacar de manera más agresiva y desmoronar el sólido banco de arena que ha tenido un crecimiento importante en los últimos tiempos.

Frente a este escenario, a mediados del año último se perdió la frecuencia semanal de buques portacontenedores que tenía esta terminal. Llegaban servicios de Maersk y Hamburg Sud que, en su mayoría, despachaban productos pesqueros con destino a mercados internacionales. Desde entonces, esos envíos viajan por tierra.

"Desde abril o mayo de 2012 estamos sin trabajar y con una infraestructura de servicios montada, pero ahora esperando con mejores expectativas a partir de la licitación de la obra de dragado", dijo a LA NACION el responsable de la Terminal de Contenedores II del puerto local, Emilio Bustamante.

Un giro que golpeó no sólo a los operadores locales del ramo sino al personal de estiba. Con una actividad pesquera en baja y serias dificultades, los trabajadores del sector afrontan una situación económica más que complicada. Tanto como para haber derivado en una crisis gremial que llevó a un cambio de autoridades en el SUPA. "Hace ocho meses que no hay operatoria con contenedores y también hay mucho menos trabajo de la pesca, lo que los trabajadores del sector lo están sintiendo, y mucho, en sus bolsillos", agregó Bustamante.

Pero advierte una dificultad mayor aún: haber perdido el lugar en el mapa de embarques internacionales. Destacó que es una situación muy difícil haber estado parados tanto tiempo. "Ahora hay que recuperar la conectividad y retomar Mar del Plata como escala en este circuito, pero llevará tiempo", señaló. Y agregó que están trabajando, en conjunto con gremios, para dar forma a un centro de transferencia de mercaderías para el comercio exterior que no sólo incluya pescado, principal producto de exportación, sino también otros insumos de la región. "Para eso hay que montar más infraestructura e inversiones, y eso es lo que estamos planificando", acotó.

Por el mismo problema que los portacontenedores pasaron los buques petroleros. Se suspendieron los ingresos por el riesgo de encalle y recién en las últimas semanas, en coincidencia con la reanudación de tareas de la draga Mendoza 259 C, volvió a tocar puerto local el Erria V, que amarra y descarga en la posta de combustible de escollera Sur.

También en fecha reciente pudieron ingresar los buque tanques Clipper Kitty y Malva y la draga Le Guerrier para reparaciones, atendidos ambos en Astilleros SPI. "Estuvimos soportando circunstancias muy difíciles pero en la medida que se pueda concretar la obra de dragado habrá perspectivas distintas y con pronóstico de franca mejoría", dijo el gerente de Relaciones Institucionales e Internacionales de la firma, Miguel Sánchez. Confirmó que los más de tres meses de paro de marinería que tuvo este puerto en el arranque del año último tuvieron consecuencias contundentes para el sector. "Los tres astilleros sufrimos el impacto y más aún los talleres navales, que aquí son muchos, calificados y dependen en buena medida de la pesca", señaló.

Pronosticó que, con dragado de por medio, podrán volver a recibir buques de mayor magnitud que en otros momentos llegaban a Mar del Plata para reparaciones. Si bien admite que ya hay primeras señales de mejoría, hay mejores expectativas a mediano y largo plazo tras la obra de dragado. "Esto tendrá un efecto multiplicador porque contribuirá a diversificar nuestro puerto y generar mayor mano de obra para todos los sectores vinculados a la actividad", aseguró Sánchez

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