Sábado, 12 Marzo 2011 15:40

Las hidrovías recuperan terreno en Brasil

EL GOBIERNO DE DILMA ROUSSEFF PREPARA MEDIDAS E INVERSIONES

Entre las obras figura el dragado, la señalización y el balizamiento de la vía fluvial de Madeira, con una extensión de 1.115 Km.

 
 
El gigante del Sur proyecta darle un nuevo empujón a sus hidrovías. El Ministerio de Transportes brasileño se apresta a presentar un paquete de medidas para mejorar las condiciones de las principales autopistas “acuáticas”.
Un grupo de estudios compuesto por representantes de la cartera de Transportes, del Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes (DNIT) y de la Agencia Nacional de Transportes Acuáticos (Antaq) fue establecido a fin de concretar un conjunto de acciones que deberán realizarse durante este año.
En el informe figuran las medidas de corto, medio y largo plazo que van a dirigir las inversiones en las hidrovías, un conjunto de obras por u$s 1.500 millones de presupuesto previsto en la segunda etapa del Programa de Aceleración del Crecimiento.
Si la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y su ministra de Planeamiento, Miriam Belchior, dan el visto bueno, entre las obras que se esperan figura el dragado, la señalización y balizamiento de la hidrovía del Madeira, con una extensión de 1.115 Km. El costo previsto asciende a cerca de u$s 700.000. Concluida la tarea, la capacidad de tráfico de carga en el Madeira, que es de 8 millones de toneladas, podrá ascender a 20 millones.
También será dragado el río Amazonas, entre las ciudades de Itacoatiara y Manaus, donde avanzó la sedimentación. En algunos tramos del canal principal del Amazonas, los barcos se están viendo obligados a alijar una cantidad de carga para poder llegar hasta Manaus. El mismo problema será enfrentado en el São Francisco, entre los municipios de Pirapora y Juazeiro, tramo al norte de Bahia que siempre fue transitable, pero que ha perdido esa navegabilidad.
Otra obra de porte será realizada en la hidrovía del Tocantins, que ganará nuevo impulso a partir de abril con la entrada en operación comercial de la esclusa de Tucuruí, en Pará. El proyecto prevé que, en combinación con estas esclusas, se realicen obras de derrocamiento y construcción de otras esclusas en una región conocida como “Pedral do Lourenço”, entre Tucuruí y Marabá. Con ello, el tramo actual de 790 Km. de hidrovía - entre Tucuruí y la desembocadura del Tocantins, en Vila do Conde– ganará otros 400 Km. para la navegación.

De “patito feo” a cisne

La licitación para contratar la empresa encargada del derrocamiento debería estar lista para el mes próximo. Actualmente por el Tocantins se transporta cerca de un millón de tonelada de carga por año. Con la ampliación de la red, tendrá potencial para 70 millones de toneladas.
Para Alex Oliva, superintendente de navegación interior de Antaq, los proyectos señalan un cambio de postura del gobierno con relación al potencial logístico de los ríos. “La hidrovía siempre fue vista como el “patito feo” del transporte, pero hoy el gobierno percibió que tiene un bello cisne en las manos”, aseguró.
La expansión y mejoramiento de la hidrovía Paraná-Tietê, que tiene 2.400 Km. de vías navegables, es otra de las prioridades. El gobierno de São Paulo trabaja en la ampliación de la vía en su jurisdicción, pero el gobierno central quiere contratar en los próximos meses una consultoría para hacer estudios básicos que prevean la construcción de esclusas del lado de Paraná.
Brasil suma aproximadamente 44.000 Km. de ríos, de los cuales 29.000 Km. son naturalmente navegables, pero solo 13.000 son efectivamente utilizados económicamente. La mayor preocupación actual del gobierno no radica en ampliar esa extensión, aunque haya proyectos en carpeta para ello, sino en mejorar las condiciones de los tramos en uso.
Se estima que el mapa del sector hidroviario en Brasil, que realizará Antaq, va a mostrar que el año pasado los ríos de ese país transportaron 65 millones de toneladas de carga.
Aunque la principal utilización de las hidrovías corresponde al transporte de commodities, como granos, minerales e insumos, apenas un 5% de la cosecha de granos brasileños es transportada por ellas, en tanto 67% siguen por las carreteras.
Además de estos trabajos, están en construcción 47 puertos de pequeño porte. Veintiséis de ellos están ubicados en la Amazonia y deben estar terminados para fin del año próximo, con una inversión total de aproximadamente u$s 240 millones. Los demás, esparcidos en otras regiones del país, serán entregados antes de finales de 2014.

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